Café torrefacto. ¿Qué es?

Todos oímos hablar del café torrefacto, pero ¿sabemos exactamente qué es? ¿En qué medida condiciona nuestra compra de café? Te damos algunas respuestas

Café torrefacto. ¿Qué es?

Todos hemos oído hablar alguna vez del café torrefacto, pero ¿sabemos exactamente a qué se refiere? Y más importante aún, ¿en qué medida condiciona, o debe hacerlo, nuestra compra de café? Desde Cafés Foronda, te damos algunas respuestas a estas incógnitas cotidianas.

  1. Definición de café torrefacto
  2. Desventajas del tueste con azúcar
  3. La apuesta popular por el café torrefacto
  4. Café torrefacto: ¿días contados?
  5. Café torrefacto y propiedades nutricionales

1. Definición de café torrefacto

El denominado café torrefacto es ese café fruto de un método de tueste que, durante el propio proceso, añade a los granos de café otro ingrediente: el azúcar. Podríamos decir entonces que el café torrefacto es aquel que incluye azúcar en el proceso de tueste.

Este proceso era empleado antiguamente en Cuba para preservar los granos de café durante más tiempo, sin embargo, contempla algunas desventajas y muchos detractores. Te contamos por qué.

2. Desventajas del tueste con azúcar

Uno de los grandes hándicap que encontramos es que, normalmente, los cafés torrefactos suelen ser de calidad inferior al café de tueste natural, aquellos que en el supermercado encontramos con la etiqueta natural.

Estos últimos abrazan la variante arábica, seguramente la mejor del mundo, mientras que el café torrefacto suele llevarse a cabo con la denominada robusta, un café fuerte, amargo, poco aromático, propio del centro de África.

De hecho, mientras la primera puede tomarse sin azúcar o leche, pues su aroma y sabor suave invita a ello, la segunda es difícilmente digerible sin estos aditivos.

Otra desventaja es que el propio proceso de tueste confiere un plus de amargor al café, que resulta muy fuerte, e incluso con sabor a quemado.

3. La apuesta popular por el café torrefacto

¿Por qué entonces se ha popularizado su uso durante tanto tiempo en nuestro país? En primer lugar, porque el café torrefacto resulta más barato, ya que se consigue mayor cantidad de café con menos granos, y este ahorro de costes se traduce en el precio final al que hace frente la ciudadanía a la hora de comprarlo. En segundo lugar, porque existe una falsa creencia de que tiene más cafeína, vamos, que espabila más.

Afortunadamente, esto está cambiando. La masa de consumidores y consumidoras, cada vez mejor informados, apuesta cada vez más por un café natural o cafés mezcla cuya proporción de café torrefacto no supera el 30 % del total.

De hecho, en el mundo de la restauración, se asienta la creencia de que un café tan amargo que parezca quemado suele ser sinónimo de baja calidad, no andan muy desencaminados, de ahí que su comercialización suela ser inferior.

Y es que, el buen café es aquel que nos permite apreciar matices como las notas a chocolate, a cítricos o a frutos secos.

Claro está que el café natural no tiene por qué ser sinónimo de buen café. El modo y lugar de cultivo, el lavado, la calidad del grano, su tratamiento y tipo de tueste (medio, suave, oscuro…), las fases de empaquetado y distribución… Todo influye a la hora de conseguir un café excepcional.

4. Café torrefacto: ¿días contados?

Muchos expertos se preguntan si el café torrefacto no tiene los días contados. En muchos países así es, en España, aún se comercializa y consume, ya sea torrefacto 100 % o mezcla con altas dosis de torrefacto.

Quienes abogan por su desaparición esgrimen argumentos aplastantes, como que el café torrefacto es menos digestivo, que incluye hasta un 15 % de azúcar y que, además, hemos de añadir más azúcar para poder soportar su amargor.

Lo cierto es que el actual envasado del café no hace necesario recurrir al azúcar para su preservación, así que, ¿por qué mantenerlo? El precio se erige como único condicionante, sobre todo en aquellos países grandes consumidores de café donde la renta per cápita no es elevada.

Actualmente, los proveedores de café mezcla están obligados a señalar en el envase de forma clara y sencilla la proporción de café natural y café torrefacto que incluye la mezcla. También si se trata de extracto de café, extracto de café soluble, café instantáneo…, ingredientes en el caso de café de tueste torrefacto o mezcla así como otros nutrientes o aditivos incorporados al café.

5. Café torrefacto y propiedades nutricionales

Dicen los expertos en nutrición que poco se diferencian al respecto el café torrefacto y el café natural, de ahí que, como consumidores y consumidoras, primemos la calidad del café y sus propiedades (denominadas organolépticas) como aroma, acidez, etc.

De hecho, si nos atenemos a la materia seca, la humedad, las cenizas y los sólidos solubles, las proporciones son muy similares en ambos cafés.

También la cantidad de nutrientes es similar, como el potasio, el magnesio, la vitamina B3 y las sustancias polifenólicas o antioxidantes.

Así pues, lo ideal es decantarse por un producto de calidad, obtenido de manera respetuosa con el medioambiente y la sociedad, que nos invite a degustarlo sin aditivos, sobre todo calóricos o azucarados, y que nos ofrezca una sensación de bienestar.

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