Té blanco: propiedades

Se trata del té más puro y beneficioso de todos. Contribuye al equilibrio del organismo y combate afecciones como la caries o la halitosis.

Té blanco: propiedades

De entre toda la gamas de tés e infusiones que comercializamos, el White Peony, elaborado a base de té blanco Pai Mu Tan, es el menos procesado, cualidad que le otorga una excepcional pureza, la ausencia total de alérgenos y una menor cantidad de cafeína natural.

  1. ¿De dónde procede el té blanco?
  2. Té blanco en el paladar
  3. Los beneficios para la salud del té blanco
  4. Cómo tomar una taza de té blanco
  5. Dónde comprar té blanco

1. ¿De dónde procede el té blanco?

La diferencia del té blanco respecto al té verde, el té negro o el té rojo no estriba en su procedencia, sino en el proceso de recolección y elaboración.

Y es que, el té blanco se obtiene de los brotes y hojas jóvenes, pequeñas y tiernas de la Camellia Sinensis, es decir, de la planta del té, que se cosechan con sumo cuidado.

El modo de recolección juega un papel fundamental en este tipo de té, pues se debe evitar que el brote o la hoja tierna se lastime, su preservación es esencial.

Tras la recogida, brotes y hojas deben marchitarse mediante un proceso totalmente natural, por sí solas, antes de proceder a la fase de secado. Esta última consta de dos etapas: secado al sol: puede tardar uno o dos días de media aproximadamente; secado en interior: entre tres y cuatro días.

A lo largo del secado, brotes y hojas adquieren un color plateado, de ahí que al te blanco se le denomine también silvery tip pekoe (yemas de plata).

Durante todo este tiempo, la manipulación por parte del equipo de trabajo es escrupulosa y delicada, pues el deterioro de las hojas o brotes podría dar lugar a un proceso de oxidación que dé al traste con el tipo de té que perseguimos, muy suave, fruto de una oxidación muy leve y natural.

Quizás por el tratamiento exquisito que requiere el té blanco, dicha bebida se ha considerado tradicionalmente la más excepcional (y de mayor calidad) de entre todos los tipos de té e infusiones.

Su forma de cultivo y tratamiento, aún hoy enteramente tradicional, siguen haciendo de este té una variedad exclusiva cuyo precio en el mercado suele superar a la de otro tipo de tés.

 Pero ¿cuál es el resultado de esta excepcionalidad en el paladar? Te lo contamos a continuación.

2. Té blanco en el paladar

El resultado de todo este minucioso proceso es un té delicado, suave y muy ligero, y excepcionalmente aromático.

Sus matices afrutados y frescos lo convierten en una bebida ideal para las épocas más cálidas, en especial la variedad de té blanco White Peony o Pai Mu Tan, dulce y un tanto más intensa que otras de té blanco gracias a que ha sido producida a partir de dos hojas y un brote.

El color del té blanco en vaso o taza es de un dorado pálido inconfundible.

3. Los beneficios para la salud del té blanco

De nuevo, las grandes propiedades del té blanco para el organismo se desprenden directamente de ese minucioso proceso de recolección y de secado natural.

Al tratarse de un tipo de té mínimamente oxidado procura más cantidad de antioxidantes o polifenoles a nuestro cuerpo, lo que convierte el té blanco en el más saludable de todos los tés e infusiones del mercado.

Así, el té blanco actúa eficazmente contra los radicales libres, combatiendo o haciéndonos fuertes contra enfermedades crónicas inflamatorias, cardiovasculares, hipertensión, colesterol o relacionadas con una deficiente circulación de la sangre, pues mejora la respuesta de los vasos sanguíneos.

Dicen los expertos en tés que el blanco es además anticancerígeno y previene de enfermedades neurodegenerativas.

También ayuda a mantener a raya otras dolencias leves pero muy molestas, como las cataratas, la halitosis o la caries gracias a su poder antibacteriano y antinflamatorio.

Desde el punto de vista estético, el té blanco se ha convertido en el aliado perfecto de quienes siguen dietas de adelgazamiento o planes antiaging, pues contribuye a la dispersión y eliminación de la grasa corporal, además de ser desintoxicante y evitar el envejecimiento celular, es decir, la deshidratación de la piel o la aparición de arrugas. 

4. Cómo tomar una taza de té blanco

El té blanco es fácil de preparar, pues no precisa de altísimas temperaturas para poder disfrutar de todo su aroma, sabor y propiedades.

La proporción suele ser de 2 cucharaditas de té por cada taza o vaso de agua. Si el té se presenta en bolsitas individuales, bastará con una de ellas. Aunque siempre es recomendable seguir las instrucciones de la distribuidora al respecto.

A continuación, basta con que infusionemos a 70 o 80 ºC y dejemos reposar de 4 a 7 minutos, mejor si es en un recipiente con tapa.

Puesto que se trata de un té que no amarga, podemos dejarlo infusionar más tiempo del debido si lo deseamos.

A la hora de consumirlo, podemos optar por la opción caliente o en frío. Sin embargo, debido a su excepcionalidad, recomendamos que se tome solo, sin azúcar, limón u otros aditivos, incluida la leche, para apreciar así sus excepcionales matices.

5. Dónde comprar té blanco

El té blanco procede de China, concretamente de la provincia de Fujian, donde se cultiva el 90 % de la producción mundial, y su comercialización es internacional, de ahí que podamos encontrar té blanco en cualquier ciudad, por ejemplo, de España.

Eso sí, debido a su singularidad, quizás no sea fácil adquirirlo en una gran superficie al uso, pues su consumo es menos habitual que el de té rojo, negro o verde, en parte a que su precio es mayor, pero también porque en nuestro país no estamos tan acostumbrados a esta bebida asiática.

Por ese motivo, quizás debamos dirigirnos a un comercio especializado en tés, cafés e infusiones, sobre todo si buscamos un té blanco puro de calidad constatada.

Si prefieres adquirir tu té blanco desde casa, puedes hacerlo de manera online. En la página web de Cafés Foronda te damos esta opción y todo tipo de facilitadas. Si tienes alguna consulta al respecto, puedes planteárnosla en el teléfono 945 136 964 o a través del correo electrónico info@cafesforonda.com. Te atenderemos encantados.

Café torrefacto. ¿Qué es?

Todos oímos hablar del café torrefacto, pero ¿sabemos exactamente qué es? ¿En qué medida condiciona nuestra compra de café? Te damos algunas respuestas

Café torrefacto. ¿Qué es?

Todos hemos oído hablar alguna vez del café torrefacto, pero ¿sabemos exactamente a qué se refiere? Y más importante aún, ¿en qué medida condiciona, o debe hacerlo, nuestra compra de café? Desde Cafés Foronda, te damos algunas respuestas a estas incógnitas cotidianas.

  1. Definición de café torrefacto
  2. Desventajas del tueste con azúcar
  3. La apuesta popular por el café torrefacto
  4. Café torrefacto: ¿días contados?
  5. Café torrefacto y propiedades nutricionales

1. Definición de café torrefacto

El denominado café torrefacto es ese café fruto de un método de tueste que, durante el propio proceso, añade a los granos de café otro ingrediente: el azúcar. Podríamos decir entonces que el café torrefacto es aquel que incluye azúcar en el proceso de tueste.

Este proceso era empleado antiguamente en Cuba para preservar los granos de café durante más tiempo, sin embargo, contempla algunas desventajas y muchos detractores. Te contamos por qué.

2. Desventajas del tueste con azúcar

Uno de los grandes hándicap que encontramos es que, normalmente, los cafés torrefactos suelen ser de calidad inferior al café de tueste natural, aquellos que en el supermercado encontramos con la etiqueta natural.

Estos últimos abrazan la variante arábica, seguramente la mejor del mundo, mientras que el café torrefacto suele llevarse a cabo con la denominada robusta, un café fuerte, amargo, poco aromático, propio del centro de África.

De hecho, mientras la primera puede tomarse sin azúcar o leche, pues su aroma y sabor suave invita a ello, la segunda es difícilmente digerible sin estos aditivos.

Otra desventaja es que el propio proceso de tueste confiere un plus de amargor al café, que resulta muy fuerte, e incluso con sabor a quemado.

3. La apuesta popular por el café torrefacto

¿Por qué entonces se ha popularizado su uso durante tanto tiempo en nuestro país? En primer lugar, porque el café torrefacto resulta más barato, ya que se consigue mayor cantidad de café con menos granos, y este ahorro de costes se traduce en el precio final al que hace frente la ciudadanía a la hora de comprarlo. En segundo lugar, porque existe una falsa creencia de que tiene más cafeína, vamos, que espabila más.

Afortunadamente, esto está cambiando. La masa de consumidores y consumidoras, cada vez mejor informados, apuesta cada vez más por un café natural o cafés mezcla cuya proporción de café torrefacto no supera el 30 % del total.

De hecho, en el mundo de la restauración, se asienta la creencia de que un café tan amargo que parezca quemado suele ser sinónimo de baja calidad, no andan muy desencaminados, de ahí que su comercialización suela ser inferior.

Y es que, el buen café es aquel que nos permite apreciar matices como las notas a chocolate, a cítricos o a frutos secos.

Claro está que el café natural no tiene por qué ser sinónimo de buen café. El modo y lugar de cultivo, el lavado, la calidad del grano, su tratamiento y tipo de tueste (medio, suave, oscuro…), las fases de empaquetado y distribución… Todo influye a la hora de conseguir un café excepcional.

4. Café torrefacto: ¿días contados?

Muchos expertos se preguntan si el café torrefacto no tiene los días contados. En muchos países así es, en España, aún se comercializa y consume, ya sea torrefacto 100 % o mezcla con altas dosis de torrefacto.

Quienes abogan por su desaparición esgrimen argumentos aplastantes, como que el café torrefacto es menos digestivo, que incluye hasta un 15 % de azúcar y que, además, hemos de añadir más azúcar para poder soportar su amargor.

Lo cierto es que el actual envasado del café no hace necesario recurrir al azúcar para su preservación, así que, ¿por qué mantenerlo? El precio se erige como único condicionante, sobre todo en aquellos países grandes consumidores de café donde la renta per cápita no es elevada.

Actualmente, los proveedores de café mezcla están obligados a señalar en el envase de forma clara y sencilla la proporción de café natural y café torrefacto que incluye la mezcla. También si se trata de extracto de café, extracto de café soluble, café instantáneo…, ingredientes en el caso de café de tueste torrefacto o mezcla así como otros nutrientes o aditivos incorporados al café.

5. Café torrefacto y propiedades nutricionales

Dicen los expertos en nutrición que poco se diferencian al respecto el café torrefacto y el café natural, de ahí que, como consumidores y consumidoras, primemos la calidad del café y sus propiedades (denominadas organolépticas) como aroma, acidez, etc.

De hecho, si nos atenemos a la materia seca, la humedad, las cenizas y los sólidos solubles, las proporciones son muy similares en ambos cafés.

También la cantidad de nutrientes es similar, como el potasio, el magnesio, la vitamina B3 y las sustancias polifenólicas o antioxidantes.

Así pues, lo ideal es decantarse por un producto de calidad, obtenido de manera respetuosa con el medioambiente y la sociedad, que nos invite a degustarlo sin aditivos, sobre todo calóricos o azucarados, y que nos ofrezca una sensación de bienestar.

¿Quieres adquirir un café así? Encuéntralo en Cafés Foronda, en el teléfono 945 136 964, en info@cafesforonda.com o en nuestra tienda online.